Cómo me gusta combinar la ciencia, la historia y la filosofía. Ámbitos que veía tan separados y que, en realidad, deberían enseñarse conjuntamente.
La historia nos ha hecho vivir momentos de crisis social (La hambruna Holandesa o el confinamiento por una pandemia) que fueron y serán ensayos in vivo a grandísima escala para entender cosas sobre el entorno y cómo influye en nuestro organismo.
Lo que siempre digo: somos un sinfín de hilos.
Un sinfín de hilos que dependen del contexto y que dibujan nuestros genes. Nuestro estilo de vida, nuestra dieta, nuestro estrés, nuestros vicios… ¡Todo se queda con nosotros!
Y, además, pasamos esos pequeños cambios que el ambiente provoca en nuestra genética a nuestra descendencia.
Vaya… ¿Y si Lamarck no iba tan desencaminado con su teoría sobre La Herencia de los caracteres Adquiridos? ¿Y si la epigenética ha puesto sobre la mesa una teoría que se descartó, con burlas y risas, en el siglo XVIII?
Si algo me enseña la vida, la ciencia, la historia y la sociedad, es que no hay fracasos…
Sino momentos para cada idea.
¿Será esta reflexión mi forma de decir que debemos de crecer de una manera diferente?
¿Será el momento de darnos cuenta de que nuestra urna de cristal se rompe?
Estamos conectadxs. Y cómo trabajemos esas conexiones, tendrá repercusiones también nuestra salud.
Os dejo el link para que escuchéis nuestro programita de hoy. Siempre encantadísima de hacerlo de la mano de mi queridísima Ana y Radio Benicarló.